Oración: Recalibra Mi Brújula, Señor
1 Tim 1:5 (ESV – versión en inglés)
El OBJETIVO de nuestro encargo es el AMOR que emana de un corazón puro, de una buena conciencia y de una fe sincera.
“PECADO” en griego es “hamartano”, que significa literalmente “errar el blanco”, como una flecha que no da en el blanco.
¡El pecado no es solo hacer lo que es malo, sino también dejar de hacer lo que es correcto! El “pecado” más grande es faltar la “diana” del mandamiento más grande. Los dos mandamientos más grandes son:
- Amar a Dios con todo nuestro corazón, mente, alma y fuerzas (Deut 6:5)
- Amaos los unos a los otros como Cristo nos amó (Juan 13:34).
[ver también: Marcos 12:28-33.]
Pablo le dijo a Timoteo: “El OBJETIVO…es el AMOR.” Pero la humanidad ha perdido su objetivo:
Romanos 3:23
Por cuanto todos pecaron (“errar el blanco”) y están destituidos de la gloria de Dios.
¡Necesitamos una brújula!
Un barco que viaja por el gran océano necesita una brújula precisa para llegar con éxito a su destino. La aguja de una brújula siempre debe apuntar hacia el norte, pero puede desviarse gradualmente de su curso. Por lo tanto, el capitán debe recalibrar periódicamente su brújula para volver a apuntar con precisión al norte.
Considere que si una brújula solo tiene un error de uno o dos grados, el error sería insignificante para viajes muy cortos. Sin embargo, cuanto mayor sea la distancia, más se desviará el barco de su curso. Nuestra vida cristiana es un largo viaje desde aquí hasta la gloria, y por esa razón, es aún más crucial que nuestra brújula debe ser recalibrada a menudo a una fuente confiable para asegurarnos de que siempre nos esté apuntando en la dirección correcta hacia el Propósito Eterno de Dios.
Dios creó al hombre con cuerpo, alma y espíritu (1 Tes 5:23):
- CUERPO = Conciencia del mundo a través de los cinco sentidos.
- ALMA = consciente de sí mismo, el asiento del libre albedrío del hombre, pensamientos, conciencia, emociones.
- ESPÍRITU = el “Aliento de Vida” que Dios insufló en el hombre (Gén 2:7). El espíritu del hombre es consciente de Dios, dirigido hacia Dios con dos facultades clave:
- COMUNIÓN con Dios (adoración);
- REVELACIÓN de Dios (conociéndole) por la Palabra.
Dios quiso que el espíritu del hombre sirviera como una brújula, siempre apuntando a Dios, incluso a través de las peores tormentas que la vida pueda traer. Pero cuando Adán desobedeció, su espíritu murió, y esa brújula dejó de funcionar correctamente. La humanidad está a la deriva y perdida en el vasto océano de esta vida.
¿Cuál es la solución para el sistema de navegación roto del hombre?
El Evangelio – ¡la Buena Noticia!
Jesús pagó nuestra deuda de pecado en la Cruz y nos da Nueva Vida por Su resurrección. Cuando recibimos a Cristo, NACEMOS DE NUEVO, y Dios pone dentro de nosotros un “espíritu nuevo”: el aliento de Vida Eterna (Eze 36:26). ¡Es un sistema de navegación completamente nuevo!
En el BAUTISMO EN AGUA, por la fe en la “obra de Dios” (Col 2:12) nuestra vieja naturaleza, el “corazón de piedra” (Eze 36:26) es tratada, es “la aspiración de una buena conciencia hacia Dios” (1 Pedro 3:21), y somos resucitados de esa “sepultura” para “andar en vida nueva” (Rom 6:3-4).
En el BAUTISMO en el ESPÍRITU (también conocido como “la Promesa del Padre” → Lucas 11:13; 24:49; Hechos 1:4-5,8; 2:1-4,33,38-39), Dios pone Su Espíritu dentro de nosotros (Eze 36:27) para empoderar nuestro nuevo sistema de navegación y para ayudarnos a mantener su calibración.
Esta es mi oración para la RECALIBRACIÓN DIARIA:
¡Gracias, Padre, por Jesús y por la Buena Nueva del Evangelio! ¡Gracias por hacerme nacer de nuevo en Tu Familia, y por poner en mí un nuevo espíritu. Siento Tu tirón sobre mi espíritu, atrayéndome cada vez más cerca de Ti. ¡Esa es la nueva “brújula” en funcionamiento!
Sin embargo, la brújula de mi barco necesita una recalibración diaria en este vasto océano. Este mundo y esta vida terrenal están llenos de tantas distracciones que luchan ferozmente para hacerme “errar el marco”, el destino de Tu Propósito Eterno (Rom 8:28-29; Efe 1:3-9; 2 Cor 3,18).
Así que, como Jesús nos enseñó, oro hoy:
Venga Tu Reino. Tu voluntad – Tu dirección y destino – se haga en mi vida aquí en la tierra como es en el Cielo. ¡No se haga mi voluntad, Padre, sino la Tuya! (Mat 6:10; Lucas 22:41-44)
¡Señor Dios, recalibra mi brújula, mi espíritu! ¡Te pido que remagnetices la aguja de mi brújula con Tu Espíritu y Tu Palabra para que nadie más pueda atraer esa aguja sino Tú!
Espíritu Santo, “Espíritu de sabiduría y revelación”, abre los ojos de mi espíritu para conocer a Jesús. Dame una seguridad fresca de la esperanza de Tu llamado, la gloria de Tu herencia en los santos, y la grandeza de Tu poder obrando dentro de mí (Efe 1: 16-19).
Dios Padre, creo y confieso con mi boca estas preciosas promesas:
Deuteronomio 30:6
Y circuncidará Jehová tu Dios tu corazón, y el corazón de tu descendencia, para que ames a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma…
2 Tesalonicenses 3:5 (LBLA)
Que el Señor DIRIJA vuestros corazones hacia el AMOR de Dios y hacia la perseverancia de Cristo.
Yo añado mi voz de fe a estas promesas diciendo, “SÍ y AMÉN” (2 Cor 1:20; 4:13)!
Gracias, Espíritu Santo, por recargarme derramando el amor de Dios dentro de mí (Rom 5:5).
Voy a “orar con el espíritu” (1 Cor 14:2,14-18) para recargar mi fe y “mantenerme en el amor de Dios”:
Judas 1:20-21
Pero vosotros, amados, edificándoos [recargándoos] sobre vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo,
Conservaos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna.
DIRIGE MI CORAZÓN, OH Dios, y mantén mi brújula apasionadamente magnetizada y siempre apuntando hacia este “marco”:
¡Amarte con un amor que se desborda hacia los demás, y anhelar amorosamente el pronto regreso de Jesús en gloria!
En el precioso Nombre de Jesús, Amén.
