Bautismo en Agua – 5 Preguntas
• ¿Qué es el “Bautismo”?
La palabra bautismo viene del griego “baptizo”, que significa sumergir, mojar, o sumergir completamente en un líquido. Los griegos usaban esta palabra para referirse al acto de teñir una prenda, en el sentido de que la tela debía sumergirse por completo en el tinte.
Juan el Bautista recibió una revelación de Dios acerca del Bautismo en Agua (Juan 1:31-33; Mt. 3:1-6). Cristo confirmó este hecho (Mt. 21:23-27) y, por lo tanto, quienes rechazaron el bautismo de Juan “rechazaron el consejo de Dios contra sí mismos” (Lucas 7:29-30).
Juan bautizaba a la gente en un lugar donde había suficiente agua para sumergir completamente a las personas (Juan 3:23). La Biblia también señala que cuando Jesús fue bautizado por Juan, Él fue completamente sumergido bajo el agua (Marcos 1:10).
Aunque el procedimiento es el mismo, el bautismo de Juan y el bautismo ordenado por Cristo difieren en su propósito. El bautismo de Juan era para que los judíos arrepentidos se prepararan para la venida de Cristo el Mesías (Mt. 3:6-11). El bautismo que Cristo ordenó es parte del plan progresivo de salvación de Dios (Mt. 28:19; Hechos 18:24-25; 19:3-6).
• ¿Quién es Elegible para el Bautismo?
Solo aquellos que creen sinceramente y se han arrepentido de sus pecados (Marcos 16:16; Hechos 8:12,36,38). Los bebés y niños pequeños que no han alcanzado la madurez suficiente para experimentar la salvación no pueden ser considerados elegibles para el Bautismo en Agua (Hechos 8:12, 36-38). Jesús bendijo a los niños pequeños, pero la Biblia no dice nada sobre que Jesús bautizara niños.
• ¿Es Necesario el Bautismo?
Si queremos ser verdaderos seguidores y discípulos de Jesucristo, el Bautismo en Agua no debería ser una opción. El Bautismo en Agua es una parte esencial del Evangelio. Es una necesidad para el hijo de Dios recién nacido que desea experimentar la plenitud de la gracia de Dios y crecer más fuerte como discípulo del Señor Jesucristo (Mateo 28:19; Marcos 16:16). Los discípulos siempre enseñaron a los nuevos creyentes sobre la importancia del Bautismo en Agua (Hechos 2:38; 10:47-48; 22:16).
• ¿Qué Ocurre en el Bautismo?
La Palabra de Dios indica que el Bautismo en Agua es parte de la salvación progresiva que comienza cuando un pecador se arrepiente y cree en Cristo (Marcos 16:16; 1 Pedro 3:21).
En el nuevo nacimiento, uno recibe el perdón y es salvo del castigo eterno del pecado en el infierno; pero en el Bautismo en Agua, el hijo de Dios recién nacido recibe una victoria sobre la “naturaleza del pecado”.
La “naturaleza del pecado” (o “viejo hombre”) se refiere a la naturaleza heredada de rebelión y desobediencia que resultó del pecado de Adán en el Jardín del Edén (Romanos 5:19).
Desde que Adán pecó por primera vez, todos nacen con esta “naturaleza del pecado” (Salmo 51:5; Jer. 13:23). La muerte, por lo tanto, es la única manera de ser completamente libre de su poder sobre la vida de uno. Esto es exactamente lo que es el Bautismo en Agua: ¡una muerte y sepultura!
“Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo…” (Romanos 6:4)
“Sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él…” (Col. 2:12)
El que está “muerto” es libertado del pecado (Romanos 6:7,11). En el Bautismo en Agua, el creyente es sepultado con Cristo. Luego sale del agua para andar en “novedad de vida” – una vida de victoria y autoridad sobre la naturaleza del pecado que previamente dominaba su vida (Rom. 6:1-6).
• ¿Cómo se Puede Vivir el Bautismo en Agua como una Experiencia Diaria?
Jesucristo estaba decidido a ser bautizado por Juan para “cumplir toda justicia” (Mt. 3:15). La respuesta inmediata de Dios el Padre fue: “Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia” (Mt. 3:17). Si fue necesario para Cristo, ¡cuánto más para aquellos que elijan seguirlo! ¡Y qué alegría saber que Dios el Padre se complace en tal acto!
El Bautismo en Agua es un paso esencial de obediencia para el hijo de Dios que quiere vivir como discípulo de Jesucristo. Refiriéndose a su obediencia en el Bautismo en Agua, Pablo dijo a los creyentes romanos: “…erais siervos del pecado, pero habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina…” (Rom. 6:17).
En el Bautismo en Agua, el creyente obedece a Dios y la naturaleza de desobediencia es sobrenaturalmente intercambiada por una naturaleza de obediencia – una naturaleza en la que el creyente debe elegir andar diariamente. El cuerpo que servía al pecado es sepultado, y ahora esos mismos miembros del cuerpo son entregados a Dios como un “sacrificio vivo” para hacer Su voluntad, que es buena, aceptable y perfecta en todo sentido (Rom. 6:11-13; 12:1-2).
El Bautismo en Agua es el primer paso del creyente en obediencia, ¡pero no el último! A medida que el creyente se considera muerto al pecado y elige diariamente andar en obediencia a Dios, esta obra de la gracia de Dios en el Bautismo en Agua continuará llevándolo hacia la victoria y la madurez espiritual.
